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jueves, 14 de octubre de 2010

Análisis de las fuentes de oferta y demanda en el mercado de divisas

Como es bien sabido, la tasa de cambio es una variable fundamental en términos de la estabilidad macroeconómica y uno de los principales determinantes de la competitividad de una región, compensando inclusive bajos niveles de productividad. En Colombia, la tasa de cambio ha sido el talón de Aquiles del sector exportador y productivo, básicamente por el su tendencia a la baja y su alta volatilidad.

Tener una alta volatilidad de la tasa de cambio, agrega incertidumbre en el mercado entorpeciendo la actividad comercial, y de esta forma, reduciendo el volumen de comercio y el valor agregado que este genera. Por otro lado, y tal vez más crítico, es el caso de la tendencia revaluacionista del peso, pues el peso se ha revaluado frente al dólar en lo corrido del año 2010, 13%, sin contar que este se ha venido revaluando prácticamente desde el año 1996 a un ritmo constante y acelerado.

El problema con la revaluación es que está prácticamente destruyendo el tejido productivo de Colombia, y desincentivando fuertemente la actividad exportadora, uno de los principales motores para el desarrollo de la industria y uno de los determinantes del aumento en la productividad.

A pesar de las evidentes implicaciones que este comportamiento de la tasa de cambio tiene sobre la economía, se encuentra que las políticas adoptadas por las autoridades encargadas de controlar la tasa de cambio, se han evidenciado insuficientes, y la tendencia a la baja se sigue dando. Tal vez, y esto es lo planteado en el Cuaderno de Desarrollo Económico N° 4, el problema con las políticas adoptadas por las autoridades cambiarias, es que parece ser que las mismas autoridades aún no entienden cuales son las fuentes de esta revaluación, y menos de la volatilidad.

En este documento encontramos que el comportamiento de la tasa de cambio puede ser explicado por componentes especulativos, provenientes del mercado accionario, y por el comportamiento que ha venido presentando la Inversión Extranjera Directa (IED). En este encontramos natural que la inversión extranjera influencie la cotización del dólar, pues es el rubro que más peso representa dentro de la balanza de pagos. Sin embargo, y a pesar de no contar con datos confiables, entendemos que hay otros determinantes de la revaluación del peso: básicamente el ingreso de dólares por cuenta de las actividades ilícitas y los recursos destinados a especular, o capitales golondrina, podrían estar entre los determinantes de la tasa de cambio.

En este sentido, encontramos que las soluciones adoptadas por BANREP no son suficientes, y generan efectos transitorios, debido a que las fuentes de la revaluación provienen de rubros tan importantes como lo son la IED, por lo que la revaluación no se detendrá comprando 1840 millones de dólares en lo corrido del año, mediante mecanismos de subasta, sino que las soluciones a esta comportamiento podrían resumirse en los siguientes numerales:

1. Creando un fondo que permita almacenar este exceso de dólares y usarlo con fines de promoción del crecimiento.

2. No monetizar muchos de los ingresos fiscales provenientes del exterior (Ecopetrol, Isa, Isagén y EMP, entre otras empresas públicas o con participación estatal).

3. Usando este exceso de dólares en mayores reservas internacionales, sustitución de deuda externa por interna, o inversión en infraestructura que permita mayores niveles de conectividad y productividad.

4. Ejerciendo mayor control sobre el ingreso de recursos que podrían ser usados para fines especulativos, de manera que se desincentive la compra y venta de dólares de corto plazo.


ALFREDO BATEMAN
ESTEBAN MARTINEZ

lunes, 11 de octubre de 2010

El ejemplo Chino

En el marco de Expo Shanghai, cuyo tema es 'mejores ciudades, mejor vida', se puede apreciar la importancia que tiene hoy la gestión urbana para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del planeta. En el caso de Colombia, buena parte de las posibilidades de su desarrollo están fuertemente relacionadas con el futuro de Bogotá y de su economía.

En la China se ha combinado exitosamente un deliberado proceso de migración, que permite potenciar las economías de aglomeración, con un igualmente deliberado proceso de competitividad de los precios básicos, particularmente la tasa de cambio y las tasas de interés.

En esos dos procesos es fundamental el papel que juega la inversión en infraestructura, no sólo para proveer empleos, sino particularmente para facilitar los incrementos en productividad que posibilitan la sostenibilidad del crecimiento económico.

En el contexto colombiano, y teniendo en cuenta que las economías más diversificadas y fundamentadas en la innovación y el conocimiento, son las que logran crecer más rápidamente y de manera sostenida, resulta paradójico mantener políticas tan diferentes a las chinas.

Por un lado, en los últimos años el crecimiento se ha basado en el incremento de los precios internacionales de las materias primas y en una exitosa expansión petrolera y minera. Sin embargo, la mayor entrada de divisas no ha sido manejada adecuadamente para evitar la constante revaluación del peso y sus implicaciones sobre la competitividad del tejido productivo.

La nueva economía

Si a la pérdida de competitividad por la vía de la tasa de cambio le sumamos costos financieros elevados y cierta desidia por las necesidades de la infraestructura bogotana, particularmente en lo referente a una infraestructura de transporte básico, como lo es la primera línea del metro, lo que tenemos es la antítesis del paradigma chino.

Si queremos una economía más diversificada y enfocada hacia lo que se denomina la 'nueva economía', que genere empleo digno y abundante, se debería abrir un amplio debate para lograr unos precios básicos competitivos y, adicionalmente, sobre como las reservas internacionales podrían, responsablemente, jugar un papel más activo en la promoción del desarrollo económico.

Por Mariella Barragan
Secretaria Desarrollo Económico