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jueves, 26 de junio de 2008

La lucha por el poder entre abogados y economistas

Julián Daniel López Murcia*
Hace 3 años causó revuelo la publicación en EL TIEMPO de los resultados de la investigación "Las élites de la administración pública en Colombia" del politólogo francés Francois Serres, quien concluyó que ha habido un tránsito de los abogados javerianos a los economistas uniandinos. El revuelo se generó por la reacción de algunas universidades no incluidas y por la crítica al hecho de que el poder estuviera concentrado en dichos egresados sin que hubiera diferencias entre su nivel educativo y el de los de otras tan importantes como la Nacional. Sin embargo, el principal tema no fue analizado: las implicaciones del tránsito en el poder de abogados a economistas.

El tránsito de abogados javerianos a economistas uniandinos no ha tenido relación alguna con virtudes o defectos de éstas universidades, esto es evidente si se tiene en cuenta que el tránsito no se ha dado de abogados javerianos a abogados uniandinos y que el tránsito de abogados a economistas es una tendencia internacional. Surgen, entonces, dos preguntas ¿por qué los economistas están logrando desplazar de las altas esferas a los abogados? y ¿cómo afecta esto a los ciudadanos?

La respuesta a la primera pregunta, como señalan Yves Dezalay y Bryant Garth, se debe a la relación entre la globalización y el saber económico predominante - el monetarismo-, la consecuente influencia de los expertos que lo detentan y al impacto de la economía sobre otras disciplinas (teoría de la elección racional en la ciencia política y análisis económico del derecho). En síntesis, al hecho de que a nivel global un economista tiene mayor influencia que un abogado y ello se está replicando a nivel nacional.

En Colombia dicho tránsito tuvo un momento de quiebre muy específico, el asesinato de Luis Carlos Galán -abogado javeriano-, cuyas banderas políticas fueron entregadas a Cesar Gaviria -economista uniandino-, quien no acogió a todos los colaboradores que seguramente hubiera tenido Galán, prefiriendo un equipo predominantemente conformado por "tecnócratas" uniandinos.
Ahora bien ¿cuáles han sido las consecuencias de dicho "avance" de los economistas para los ciudadanos del común? El avance ha sido evidente en la "ocupación permanente de ciertos territorios" como el Banco de la República, el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación. Y desde allí han tenido muchos éxitos que han mejorado el bienestar de los colombianos. Sin embargo, los economistas no han podido escapar de dos tentaciones, pretender expandir el poder de dichos organismos y creer que son los "únicos depositarios de la verdad", lo que los ha impulsado a "quitarle terreno" a los órganos de "carácter político" (Congreso, Asambleas y Concejos) y a atacar a los órganos que les están "vedados" y que tienen influencia sobre las políticas públicas, como la Corte Constitucional -bastaría recordar las ofensas hacia los Magistrados por parte de Rudolf Hommes-.

Todo lo anterior, ha tenido como consecuencia para los ciudadanos, que cada vez más, las decisiones públicas no son tomadas por los representantes que eligen de manera directa, sino por un "experto", calificación brillantemente definida por Pierre Bourdieu y loic Wacquant como "aquel que en los corredores de los ministerios y en las oficinas de las empresas, o en el aislamiento de los centros de investigación, prepara documentos altamente técnicos, preferiblemente escritos en un lenguaje económico o matemático, que son usados para justificar políticas adoptadas con base en criterios que definitivamente no son técnicos".

*Publicado en el Diario del Huila el 31 de marzo de 2008

martes, 24 de junio de 2008

En busca del equilibrio

Cesar Ferrari ph.D.*
El Banco de la República mantuvo su tasa de intervención en 9.75%. Muchos le exigían reducirla. Varios preferían incrementarla preocupados por la inflación, distante de la meta del 2008.

Por otro lado, van aumentando las cifras de desaceleración económica. En el primer trimestre el crecimiento industrial fue 1.4%, el del comercio 2.8% (otros trimestres superaban el 10%) y el decrecimiento del área licenciada para nuevas construcciones fue 9.7%.

Según algunos, tal desaceleración sería consecuencia de la elevación de las tasas de interés. Ésta habría reducido el crédito y la demanda. Sin embargo, entre mayo 2008 y mayo 2007 la cartera del sistema financiero aumentó 19.8%, ciertamente menos que el 31.5% de 2007-2006. También, habría aumentado los pagos financieros de los prestatarios. Pero si disminuye el ingreso disponible de los prestatarios (la cartera vencida de créditos de consumo bordea el 7%), aumenta el de los prestamistas.

Por su parte, entre dichos meses, el M3 (total de recursos para comprar en los mercados) aumentó 15.2%; entre 2007 y 2006 aumentó 20%.

Podría deducirse que la elevación de la tasa BR no generó reducción del crédito, tampoco de los medios de pago, que al final es lo que cuenta. Ciertamente, tampoco ocurrió por el comportamiento de las reservas internacionales (el rubro más importante de la base monetaria): aunque marzo-marzo aumentaron 16.5% en dólares, en pesos cayeron 2.6% por la revaluación cambiaria de 16.8%.

Mejor dicho, la elevación de la tasa del BR no está ocasionando una menor demanda en los mercados y, por lo tanto, un menor crecimiento o decrecimiento en la producción. Lo que sí está ocasionando es una revaluación cambiaria por inducir un exceso de divisas. La conexión es transparente: con expectativas de revaluación (de 10%), a las empresas que pueden financiarse externamente (al 4%) les resulta mucho más barato ese financiamiento (-6%) que el doméstico aún con tasas preferenciales (15%). En 2007 la llamada inversión extranjera directa fue US$ 9.250 millones (US$ 6.920 en 2006).

En otras palabras, el BR está induciendo una revaluación cambiaria para cumplir su objetivo. Sin embargo, la inflación no está cediendo porque la revaluación no compensa suficientemente el aumento de los precios internacionales de petróleo y alimentos más el aumento de los costos financieros de productores e importadores trasladado a precios.

Pero esa revaluación sí está generando pérdida de competitividad en la producción de bienes y servicios transables internacionalmente que no se benefician de precios internacionales elevados.
Es la pérdida de competitividad en flores, textiles, confecciones, calzado, metalmecánica, electrodomésticos, etc., todo aquello importable o exportable, la que se traduce en desaceleración productiva. Se refleja también en un crecimiento de importaciones de bienes y servicios superior al de exportaciones. En 2007, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos fue US$ 5,851 millones, 28% de las reservas internacionales.

En esta situación, mantener tasas de interés elevadas es ineficiente para reducir la inflación y sus efectos colaterales negativos son notables. No logra estabilidad de precios, menos inversión y crecimiento. Pareciera más sensato emplear medidas fiscales (disminuir impuestos, aumentar subsidios) para reducir el incremento de precios y reducir la tasa de interés para inducir una devaluación controlada, antes de que cambien las expectativas y los capitales salgan precipitadamente generando una indeseable crisis de balanza de pagos.
*Publicado en el diario La República el 4 de junio de 2008

jueves, 19 de junio de 2008

El efecto teflón y la exuberancia irracional

Alfredo Bateman*
El efecto teflón del Presidente Uribe, el cual le ha permitido mantener sus altas tasas de popularidad a pesar de los innumerables escándalos, se ha reproducido, a decir de sus fans en el mundo empresarial y de los negocios, no sólo a algunos de sus más allegados asesores, sino a la economía colombiana en su conjunto. Al parecer, la economía goza de la misma inmunidad ante las adversidades y por lo tanto no se verán mayores implicaciones ante los diversos fenómenos externos e internos que nos amenazan. Incluso, la ya legendaria determinación del Banco de la República por controlar a cualquier costo la inflación, así esta sea generada por fenómenos externos que no controla el ente monetario, ha sido vendida como una preocupación por ponerle el freno al crecimiento económico y lograr suavizar el ciclo. En el peor de los casos la economía sufrirá una desaceleración prevista y controlada.

Sin embargo, hay síntomas que hacen pensar que algo peor puede estar ocurriendo y que la expectativa de creer en el efecto teflón de nuestra economía, no es sino un síntoma de exuberancia irracional, que fue la frase que utilizó el anterior y legendario presidente de la FED, Alan Greenspan, volviéndose la mejor manera de anunciar la existencia, no justificada, de una tendencia alcista en los mercados.

El primer punto de alerta se encuentra en los precios por metro cuadrado que han alcanzado las edificaciones. Particularmente llaman la atención en la ciudad de Bogotá precios por metro cuadrado para apartamentos nuevos en estrato cuatro mayores a 3 millones de pesos. El Banco de la República estima que los precios de las edificaciones están sobrevaloradas en un 7,5%, sin embargo, utilizando las cifras oficiales del DANE esa sobrevaloración no es del 7,5, sino del 15%. Adicionalmente, se empiezan a ver problemas para la venta de edificaciones nuevas y síntomas en el comportamiento de la cartera morosa de los créditos, tanto hipotecarios, como de consumo, libre inversión y tarjetas de crédito.

Robert Shiller, en su libro “La exuberancia irracional” (2003) utiliza la psicología autocomplaciente del mercado para interpretar los altibajos del mercado bursátil norteamericano en los últimos años. Shiller en su libro expone varios factores que pueden mostrar la exuberancia irracional. Para el caso colombiano se puede traer a colación el triunfalismo patriótico, el cual está asociado al patriotismo y hoy en día a la lucha contra el terrorismo.

Particularmente, puede ser un factor detonante los efectos psicológicos que generan, la seguridad democrática y la lucha frontal, y de alguna manera exitosa, contra las FARC. Si bien es cierto que la seguridad es un valor esencial para generar confianza y por esa vía inversión y crecimiento económico, los análisis de fondo del comportamiento de la economía y la sostenibilidad de los actuales ritmos de crecimiento son prácticamente inexistentes. Como diría el economista Paul Krugman, con relación a la economía norteamericana y al optimismo autodestructivo que en la sociedad se respiraba: “la gran mayoría de analistas económicos se han convertido en porristas”. La popularidad del Presidente Uribe, reforzada por las actitudes criminales de una guerrilla decadente como las FARC y las torpes intervenciones del Presidente vecino, Hugo Chávez, siembran un clima de triunfalismo patriótico que nos hacen creer no solamente que las FARC serán derrotadas militarmente, sino que, seremos campeones mundiales en materia económica y en unos cuantos años el milagro económico de moda.

Nuevamente, como afirma Krugman, si bien parece que la euforia brota eternamente, las burbujas son susceptibles de reventar, no porque existan los lobos especuladores que se lucran de que ello suceda, aunque esto también ocurre, sino porque son vulnerables al pesimismo auto-infligido: “tan pronto como un número significativo de inversionistas comienza a preguntarse si la burbuja va a explotar, explota”.
* Publicado en eltiempo.com el día sabado 12 de julio de 2008