Powered By Blogger

martes, 23 de septiembre de 2008

Sorpresas poco sorprendentes


César Ferrari, Profesor Universidad Javeriana
Publicado en el diario La República el día 16 de septiembre

El futuro del precio del dólar ha producido expresiones como “todo lo que sube tiene que bajar,” “ningún activo resiste una subida tan fuerte,” “la moneda tiene que descansar,” “así ocurre en el resto del mundo.”

Ellas, más que análisis económico, reflejan una combinación de deseos, pensamientos mágicos y entusiasmos deportivos. El precio y la cantidad de equilibrio en el mercado cambiario, como en cualquier mercado, en cualquier parte, resultan de la concurrencia de determinadas demandas y ofertas de dólares y del contexto institucional: mercado libre o control de cambios.

La demanda de dólares más importante proviene de las importaciones. Otras demandas significativas se originan en la constitución de depósitos de valor, el pago de deudas internacionales y las adquisiciones del banco central para acumular reservas internacionales.

Las principales ofertas de dólares provienen de las exportaciones, las remesas de nacionales desde el exterior, la “inversión extranjera directa”, los créditos internacionales y la des-acumulación de reservas del banco central.

Por el lado de la oferta, entre julio (máximo histórico) y agosto 2008 el índice de precios de la energía del FMI cayó 12.7%, entre marzo (máximo) y agosto 2008 el de los metales cayó 13%... y seguirán cayendo por la recesión en Europa, Japón y, todavía en menor medida, Estados Unidos. Si barriles y toneladas exportados de petróleo, carbón y ferroníquel son similares, la oferta de dólares (US$ 12.5 mil millones en 2007) disminuye con la reducción de esos precios. 

Y aunque la OPEP reduzca su producción para mantener el precio petrolero, Venezuela y Ecuador tendrán menos ingresos. Con ello comprarán menos exportaciones colombianas y entrarán menos dólares. Por su parte, entre el primer trimestre de 2008 y el cuarto de 2007 el Banco de España reportó una caída en las remesas enviadas desde España de 17% y entre octubre 2007 (máximo) y marzo 2008 de 25%... y continuarán cayendo por cuenta del mayor desempleo en Europa y Estados Unidos (las remesas recibidas en 2007 fueron US$ 4.3 mil millones). 


En cuanto a la llamada inversión extranjera directa, que en 2007 alcanzó su máximo histórico (US$ 9.2 mil millones), es entendible que llegue en busca de rentabilidad. Ésta tiene que ver, principalmente, con diferenciales de tasas de interés pero, sobre todo, con  expectativas cambiarias. 

El gerente de una transnacional puede conseguir localmente un crédito al 15% anual, pero prestándose de su matriz le costaría 4%, más lo que suceda con el dólar. Si su expectativa es una revaluación de 15% anual, los recursos de su matriz le costarían  -11%. Pero si por el comportamiento de precios internacionales y remesas su expectativa es de devaluación, esos recursos le costarían 19%. De tal modo, antes de traer más dólares preferirá llevárselos. Así, lo que era fuente de oferta de dólares se convierte en fuente de demanda.

Si la oferta de dólares se expande respecto a su demanda la tasa de cambio se revalúa. Obviamente, si la oferta se contrae mientras que la demanda aumenta la tasa se devalúa. ¿Cuánto puede durar la devaluación cambiaria? Hasta que la economía mundial, los precios internacionales y las remesas cambien de tendencia y se modifiquen las expectativas. Es decir, hasta que la tortilla se voltee nuevamente. Y luego… ¿será posible estabilizar el cambio en algún nivel conveniente?

No hay comentarios: